Ha resultado dificultoso hacer comprender y transmitir cual es la población para la que tiene asignado los recursos una estructura sociosanitaria, bien de nivel primario, especializado o sociosanitario.
En las últimas semanas ha pasado la lucha en los despachos a una lucha en la prensa, por la cual una comunidad (x) no quiere seguir asumiendo la atención sanitaria de una población limítrofe (y) adjudicada en base a un convenio (z), fundamentando esta negativa en la falta de recursos (financiación) para esa población de igual nacionalidad pero de diferente territorialidad; y es que los “convenios se han firmado sin medir las repercusiones en gasto, es decir lo que se debe poner sobre la mesa del hospedador para beneficio del vecino.
Así, en grandes números, cada 1.000 habitantes de una comunidad que son asistidos sanitariamente (exclusivamente) completamente por otra van con un cartelito en la frente que reza: “cuesto 1.500 euros al año”, si repelamos asistencias y dejásemos solo la especializada, el cartelito expresaría una cifra entre 800 y 900 euros.
Evidentemente algo no se ha realizado a nivel central, y sin entrar en la necesidad o no de una política sanitaria centralizada, lo que si sería evidente es la fortaleza que supone disponer de una estructura asistencial interterritorial, que cumpla con las expectativas reales de la población y que se regulase a través de normas en materia de acompañamiento financiero.
Actualmente no se ejercen compensaciones en los diferentes Convenios Interterritoriales vigentes en diferentes puntos de España (norte, sur, levante, centro), sin ir más lejos entre Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana; y es que estos se realizaron por motivos alejados de la gestión sanitaria, diría que por cuestiones políticas que en realidad son las que han movido todas y cada una de las nuevas infraestructuras, prestaciones, asistencias y demás bonanzas del llamado “estado de bienestar” (bien llamado por cierto, pero con unos planteamientos que a día de hoy y después del Congreso de Bruselas -10/12/11- no están disponibles); tampoco han obedecido a planteamientos coste-beneficio-oportunidad, ni a estudios coste-efectividad por cierto imprescindibles en pagos lejanos que ayer renunciaron a Europa, o casi). Iría un paso más allá, Convenios Interterritoriales que solo disponen de publicación oficial, foto de firma y no han tenido ni una sola reunión de seguimiento o constitución de grupos de control.
Por esto, y entre otras cosas, todos y cada uno de los Convenios ejercen dos efectos directos, cada día más patente:
- La financiación per cápita está infradimensionada; un porcentaje de la población real atendida (la hospedada) está financiada por el resto (la local), siendo homogéneas las necesidades y no apreciándose regulaciones diferenciadoras entre ambas. Podríamos hablar en algunos casos de un porcentaje local cercano al ochenta que financia sin un euro adicional las necesidades del veinte por ciento visitante, sumando por otra parte un cien por cien necesario para justificar todo y nada.
- Los indicadores locales que regulan cualquier modelo de asignación presupuestaria no contemplan esta población, ya que no es propia (sic).
Por ello es necesario definir tres tipos de población para nuestro modelo organizativo asistencial:
POBLACION FINANCIADA: población local que reside en las áreas de influencia que tienen como referencia la cartera de servicios del Centro en cuestión.
POBLACION ASIGNADA: suma de la población financiada más la población conveniada con la Comunidad vecina.
POBLACION ATENDIDA: suma de la población asignada más la población que llega al centro porque es urgente, desplazada, sin papeles, etc….
Realmente no ha habido grandes problemas mientras que ha habido algún dinero en la cartera o nos lo han fiado; pero el problema nos complica la vida cuando no tenemos crédito ni se le espera, entonces es cuando nos sobran los sobrinos, los parientes y por supuesto los vecinos de la comunidad vecina, no por nada, siempre hemos convivido con ellos, nos compran en nuestras tiendas, se casan con nuestros hijos, vienen a las fiestas, vamos que son como de la casa, pero mira por donde que desde unos meses a esta parte se han puesto un turbante en la frente que reza: “cuesto 800 – 900 euros”.
Y la cosa se irá resolviendo mal que bien, con algún acuerdillo, “hoy por mí mañana por ti, pero no te pases” mientras que de organismos públicos se trate; pero, ¿qué pasaría si estos centros que albergan “visitantes” sin financiar se transformasen en privados?.
¿Asumirían a los del turbante con “cuesto 800 – 900 euros al año”, sin recibir nada a cambio?, vamos estoy seguro que la comunidad de origen antes arreglaría una carretera que transvasar el dinero que no tiene a una entidad privada, y sobre todo si ella es pública.
¿Se transformarían en insostenibles centros creados para lo propio y “ajeno”?
Son solo preguntas.
INDICADORES CULTURALES:
Libro recomendado a “los del turbante”: PURGA. Sofi Oksanen, Editorial Salamandra, 2011. 19 €
Película recomendada a los “locales”: CRIADAS Y SEÑORAS. 2011. USA. Director: Taylor Tate. Reparto: Emma Stone, Viola Davis, Jessica Chastain, Sissy Spacek, Chris Lowell, Anna Camp, Aujanue Ellis, Octavia Spencer, David Oyelowo. 6 - 8 € (aprox).
Música recomendada a todos: CARMINA BURANA. http://www.youtube.com/watch?v=U0vjmz0k4tk&feature=related
Viaje recomendado a todos: COPENHAGUE. http://www.denmark.dk/es/menu/VisitaDinamarca/
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