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domingo, 19 de febrero de 2012

CAFE "LOS LLANOS".

2.  ACABO  DE  TENER  UNA  IDEA  Y  YA  ME  RONDA  OTRA.
  
Acabo de tener una idea y ya me ronda otra; lo malo es que en mi puesto de trabajo pocos me apoyan con este cerebro librepensador que genera tanta basura ideológica y que al final acabará resolviendo crucigramas, sodokus y hasta algún acertijo infantiloide, para compensar este muro impuesto por los “compas” de toda la vida. ¡Qué se le va a hacer!.
Si ayer hacía frío, hoy no se puede aguantar. Esta mañana necesito un americano bien caliente o terminaré como Damián, que mira como viene: “encogío”, “arrugao” y echando “vao” por la boca. Eso si hecho un pincel. Damián siempre ha sido muy mirado con sus atuendos y apariencia, no porque trabaje en un banco, no, es de natural elegante; que como diría mi padre con esa expresión tan albaceteña de los cincuenta, “vistes en Abelardo”; viene con una parka, jersey negro de cuello alto, vaqueros de marca, zapatos castellanos y una bufanda de color ocre; no es que sea un tipo de estrenar, más bien se coloca pocas prendas, pero bien escogidas.
Damián me ha notado nada más verme, que hoy tampoco he gozado de mucha fortuna con mis ideas y lacónico, como siempre, me ha espetado: - Creo que tienes que ser listo y aprender a sobrellevar la presión y ya que es tarde para que te rodees de gente adecuada, mantén los pies en el suelo, no pierdas el rumbo, no te vengas abajo y recuerda que es lo que de verdad te interesa y a lo que te has adiestrado durante estos años, haciendo caso omiso a todo lo demás.
¡Joder!, como viene Damián, con la que está cayendo; - Este café me va a saber a gloria compadre.
Y sin dejarme resoplar, volvió a atravesarme: - Es un sentimiento mutuo.
 La mañana está fría pero luminosa, espléndidamente luminosa, y la plaza se va tomando a esta hora por gentes que le añaden carácter propio y vitalidad, esta zona que aunque heredó la permisividad de la construcción de edificios altos, su arquitectura sigue siendo el atractivo visual, una expresión de la síntesis ciudadana de la vida española actual, nada de sosa, esta plaza está llena de actividad.
Y tras los ventanales circulan personajes que como en esta ocasión dejan ensimismado a Rodrigo. No se ha percatado que ya ha llegado Esperanza y su mirada persigue de derecha a izquierda en esta inmensa pantalla a una mujer de belleza insólita, entre dulce y salvaje, que pude venir de cualquier parte y de ninguna, el espectáculo es fugaz, iluso, humano.
Esperanza, testigo de la persecución visual que estaba empleando Rodrigo, antes de que la figura desapareciese por el margen izquierdo, dejó caer a sus colegas: - Es un hecho que las mujeres somos, a veces, crueles con las mujeres, quizá por miedo a ser crueles con los hombres.
Damián, objetó: - No sé. Todos somos crueles, los hombres, los niños, los animales.
Ya no es tan fácil profesar esa espontaneidad inicial; apuntó Rodrigo. – Estas imágenes son muy importantes, me liberan la imaginación, dejo de tener conciencia de mi mismo, me hace libre.
Esperanza quiso cerrar el círculo de humanismo en el que intentaba atrapar Rodrigo a todos: - Hace años que el mensaje liberador transmutó en posible reconciliar el fenómeno nuevo de la independencia de la mujer con el concepto tradicional de la feminidad, la posibilidad de optar la vida, no renunciar a saltar a la calle arreglada al propio gusto, vestida para seducir o para llamar la atención o para que otras mujeres las admiraren.
Si lo fácil, lo obvio, lo barato, lo previsible es decir que no tienen talento, ni ideología, que son atemporales. Y de un trago se terminó el café Damián.
Rodrigo no se ponía tenso en ningún momento, dejó escapar una sonrisa conciliadora y transmitió a los dos que el humor cercenado del comienzo se había transformado en placer, en arena que cubría al principal argumento que esta mañana le rondaba en su cabeza, por eso cambió de tercio con una naturalidad solo propia de él y mirando ahora a Damián, sentenció: - El realismo que ahora se ensalza, no es un realismo plástico, o político, sino únicamente económico, contable.
Asentía con la cabeza Esperanza: - Es como si de nuevo hubiéramos basculado del ilusionismo al dogmatismo saltándonos la estación de las ideas y de la política.
¡Cómo se esfuman los minutos dedicados al café!. Vuelve la cabeza Rodrigo en busca del camarero, está regando unos bulbos de tulipanes que esforzadamente tratan de emerger de unas macetillas puestas sobre la barra y que vivifican el frío acero de trabajo, aprovecha que en esta intermitencia la parroquia a clareado.
-      Te dejo la cuenta en la mesa, vamos con prisa.
Es pronto, atravesando la avenida de España llega otro bus con parada en Café Los Llanos; bajan cuatro albaceteños, suben dos.

BIBLIOGRAFIAS  SUBLIMES  INENCONTRADAS:
El neoliberalismo ha vuelto.  José Luis Pardo.
Geopolítica árabe.  Lluís Bassets.
La casa de Moliere.  Mario Vargas Llosa.
¿Sómos incapaces de olvidar a las Spice Girls?.  Jhon Carlin.

jueves, 16 de febrero de 2012

CAFE "LOS LLANOS".

1.  HACE  FRIO  TAMBIEN  ESTA  MAÑANA.

Hace frio también esta mañana; y es verdad que todos los paisanos que he conocido en estos últimos años no necesitaban agarrarse de la mano para acariciar el cielo.
Mis ojos se han vuelto a dirigir hacia poniente, estas horas de la mañana dejan que la mirada se pose sin que moleste el sol, y como un ritual se aperciben de la llegada tranquila que Damián despide; unos pasos más atrás, Esperanza, tercera en liza, compañera de estos sorbos humeantes y agrios que el café de media mañana albaceteña nos deja. Somos tres viejos amigos que ya no recuerdan si son compadres, compinches, camaradas o todo a la vez en uno; somos tres colegas de café que no volvemos a vernos el resto del día, tres solitarios que se acompañan a diario, a las once y cinco, Rodrigo, Damián y Esperanza. Se me olvidaba yo soy Rodrigo.
Nuestro café adorna y da vida a esta plaza tan nuestra de Gabriel Lodares, como todos los albaceteños saben, ahí está de toda la vida, entre el bullir de los bancos, de los colegiales, bachilleres, comerciantes, pueblerinos y hasta algún militar; su nombre, Café “Los Llanos”, ¿qué otro nombre iba a tener por aquí?; su salón ha acabado decorado con colores tibios después de varios remozos y tendencias, sin aparatosidad, sus ventanales son lo mejor de esta ciudad, dejan ver el bullicio de las calles, el parque, los palacetes, el kiosco y el trajín de las mañanas manchegas. A estas horas estamos todos, falta sitio, las conversaciones se suceden, pero cual noria vamos montando y desmontando corros entre los aromas del café y el pan tostado.
Un lugar compartido por este pequeño colectivo con vivencias comunes, pero salpicadas, que anula momentáneamente la miseria de nuestro tiempo.
¿En que años estamos?, ¡¡acaso importa!!.

El chaval del local ha sido rápido esta mañana y tras un largo sorbo de café Damián lanza uno de sus serenos comentarios apátridas: - Esta mañana con la noticia de la radio me he vuelto a quedar helado, con la que está liando en Siria el señor Bashar el Asad, qué dándoselas de demócrata convocó ayer un referéndum sobre la nueva Constitución, eso sí, escrita por sus afines y abierto a otros grupos políticos diferentes al Baaz, y con algunos meses de retraso, y sin debate. Con una mano firma sentencias de muerte y con la otra aperturas.  
Rodrigo no se va a quedar callado, y arremete: - Está matando sin piedad; a las ensoñaciones más sublimes les corresponden las realidades más toscas, pocas zonas del planeta se hallan menos integradas económicamente y más cuarteadas en lo político.
Esperanza es una mujer de invierno poderosa, su rostro viene oscilando entre el frescor del alba y la calidez de la puesta del sol, está limpio y acentúa el dramatismo de su momento. Esta mañana su indumentaria traslada la sensación que demuestra ser persona de gustos sencillos. Casi acabándose el café cortado y la tostada abre la boca y sin dejar cerrada ninguna puerta les comenta a sus contertulios: - Ha pasado un año y casi no me entero desde que Egipto, Túnez, Argelia y Libia respiraron profundo en la primavera árabe. Como decía el otro, se les está pasando a todos la vida y todavía no la han vivido.
Por Simón Abril se abre paso el color rojizo de un autobús que tiene informada su llegada a la puerta del Café sobre las once y media; un gruñido de frenos y un pistonazo de aire dan apertura a las portezuelas del bus; bajan cuatro albaceteños, suben dos.


BIBLIOGRAFIAS  SUBLIMES  INENCONTRADAS:
Geopolítica árabe.  Lluís Bassets.
La casa de Moliere.  Mario Vargas Llosa.