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lunes, 30 de agosto de 2021

POBLACION PEDIATRICA Y JOVEN

El análisis de la situación en Castilla-La Mancha de los jóvenes (universitarios y trabajos precarios), adolescentes (educación secundaria y universitaria inicial) y niños (educación infantil y primaria), debe ser tranquilo y profundo








martes, 24 de agosto de 2021

INMUNIDAD DE GRUPO O REBAÑO

Podrá llamarse como quiera, pero con una media de 3 muertes, 236 hospitalizados y 32 enfermos críticos diariamente (en los últimos 30 días), la línea de inmunidad de grupo" cada día la subo un poco más.

O hemos cambiado las reglas del juego, o a nadie se le ocurriría en otras condiciones hablar de inmunidad de grupo con estas cifras de Incidencia Acumulada  y morbiletalidad soportada del COVID-19.

Epidemiológicamente, que como bien queda recogido en la Wikipedia, término que viene utilizándose desde los años veinte del siglo pasado en un estudio sobre sarampión en niños  norteamericanos. 

Históricamente se ha establecido el porcentaje apropiado para que se dé la inmunidad colectiva en un 70%.

No puedo establecer cuanto faltaría para poder hablar en el caso COVID-19 que si se ha establecido y mantenido la inmunidad colectiva en una población durante un tiempo suficiente, la enfermedad se eliminaría inevitablemente y no se producirían más transmisiones endémicas; y y si la eliminación se lograra en todo el mundo y el número de casos se reduciría permanentemente a cero y la enfermedad podría declararse erradicada.

Muy difícil para la Pandemia mundial de COVID-19 teniendo en cuenta los coeficientes de reproductividad en sus nuevas variantes (por ahora hablamos de la Delta).

Así pues, determinaremos como definición de "inmunidad de grupo, colectiva o de rebaño", un fenómeno bioestadístico que se observa en una población cuando parte de ella se ha hecho inmune a una enfermedad por contagio previo o porque ha sido vacunada y se interrumpe la cadena epidemiológica entre sus individuos, provocando una forma indirecta de protección contra una enfermedad previniendo que individuos no inmunizados, se contagian.

La reflexión de inicio es propia, la iconografía del rebaño se ha tomado a través de Google imágenes (DeConceptos.com), las definiciones han sido consultadas en Wikipedia.org , con entrada de búsqueda "inmunidad de grupo" el 24 de agosto de 2021; y los gráficos son de elaboración propia con datos extraídos de la información aportada diariamente por el Ministerio de Sanidad español.








lunes, 23 de agosto de 2021

DESPIDIENDO LA QUINTA OLA

Los datos sin consolidar del fin de semana vienen a confirmar que estamos despidiendo la QUINTA OLA, con una mochila demasiado elevada en cifras de mortalidad




jueves, 19 de agosto de 2021

ECOLOGIA, ETICA Y SALUD PUBLICA.

 ECOLOGIA, ETICA Y SALUD PUBLICA.

Juan Ríos Laorden

Pediatra de Atención Primaria

 

Valery Kay y Charles Livingstone, trabajan en la Escuela de Salud Pública y Medicina Preventiva de Victoria, Australia.

En su trabajo "Un discurso sociecológico del cuidado o un discurso economicista, cuál encaja mejor con la transición?", analizan la promoción socioecológica y la relación con los discursos economicistas en la sociedad australiana. Abordan una investigación de la promoción de la salud contemplando la equidad, la sostenibilidad ambiental, identificándose un discurso socioecológico, basado en la ética del cuidado de las personas y los ecosistemas.


Encuentran que el discurso socioecológico toma el bienestar social y ecológico como valores primarios, mientras que el economicismo toma como primordial la producción y el comercio de bienes y servicios, medidos por el dinero.  


Sus conclusiones, son: La salud pública a veces ha respondido al discurso economista ortodoxo intentando medir el valor de la salud en términos monetarios. Se sugiere que un discurso socioecológico del cuidado, utilizando medidas de bienestar humano y del ecosistema, puede estar mejor fundamentado. Nueva Zelanda ha introducido recientemente medidas de bienestar social y ambiental en su proceso presupuestario. Algunos países están abordando problemas similares en los planes de "Recuperación Verde" de la pandemia de COVID-19. Existe un creciente cuerpo de investigación sobre economías sostenibles. Los profesionales de la salud pública pueden aprovechar esta teoría y evidencia para abogar por un discurso político que se adapte mejor a una transición hacia sociedades más justas y ecológicamente sostenibles.

 

Ciertamente exhaustivo, interesante y actual:

https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/1753-6405.13070


Referencia bibliográfica:

Kay V, Livingstone Ch. A socioecological discourse of care or an economistic discourse: which fits better with transition?. 2021; 45: 71-79.




SITUACION DE LAS CIUDADES MAS POBLADAS DE CASTILLA-LA MANCHA (SEMANA 33/2021)

Evolución, semana 33/2021:

Los datos por municipios más habitados de Castilla-La Mancha con recuentos no definitivos de la semana 33/2021 (9 al 15 de agosto de 2021), sitúan a Talavera de la Reina, Toledo y Albacete, por este orden, en situación de nuevo riesgo extremo con Incidencias Acumuladas a "14 días" superiores a 500 casos por 100.000 habitantes y a Ciudad Real, Cuenca y Guadalajara en riesgo extremo.

Y si estos datos los valoramos con Incidencias Acumuladas a "7 días", todas las grandes capitales están también en riesgo extremo, excepto Guadalajara que se sitúa en riesgo alto.



martes, 17 de agosto de 2021

CRONICAS DE LA MORBILIDAD Y OTROS OLVIDOS ...

 



ATENCION PRIMARIA, DIOSES MENORES Y ETICA.

 ATENCION PRIMARIA, DIOSES MENORES Y ETICA.

Juan Ríos Laorden

Pediatra de Atención Primaria

 

            


    Mi refugio ha sido finalmente la “ética”, al igual que los “dioses menores” (en adelante “ddmm”) que eligieron la ética para su final desarrollo. Los “dioses Mayores” están instalados en la política, en la economía y en la física; han estado demasiado alejados del esfuerzo como para dedicarse a otras disciplinas.

            La ética ha sido un buen cobijo, un opidum ideal desde el cual puede observarse sin necesidad de degradarse. Los científicos, no sé por qué tenemos miedo a autodenominarnos así a los médicos, nos hemos visto obligados a seguir los pasos de los “ddmm”. Necesitamos de la ética para no caer en una inquietud demasiado regular. Desde hace muchos años los “científicos menores” que como los “ddmm”, recalaron en asuntos de transcendencia menor, comenzamos a ligarnos en aquella reflexión sobre la cuestión del bien y del mal. Comenzamos a enlazarnos en la indagación de un precepto universalmente legítimo de conducta.

            Los médicos, los científicos, que diariamente convivimos en el ámbito de la Atención Primaria (en adelante AP), de esta degradada y denostada atención, desde dentro y desde fuera, terminamos aceptando la ética como valedora de nuestro quehacer, de nuestra práctica y relación con los pacientes. Como los “ddmm”, con una elección de nuestro desarrollo.

            Las primeras revisiones que afectan a los médicos en cuanto a su autonomía profesional coligaron la ética con el secreto profesional en la atención a sus pacientes. Así lo expresó Herold en 1961 (1) haciéndose la pregunta de: ¿quién puede liberar al médico de su obligación de secreto profesional en los tribunales?; o incluso antes a Galdston en 1948 (2), sobre la psicología de la ética médica. Y es como necesidad, tal y como Diego Gracia incide en su Bioética mínima (3), los seres humanos nos sentimos obligados, nos consideramos obligados a hacer ciertas cosas y a evitar otras. Y resuelvo una vez más que por aquello los “ddmm” recalaron en la ética.

            Uno de los paradigmas que siguen nuestra actividad asistencial queda recogida perfectamente por Kimberley, Wright y Wolfe (4) en su incontestable aseveración sobre la “excelencia clínica” como objetivo final de la atención al paciente, pero no quedándose en el maremágnum definitorio del “médico” de AP en cuanto a su excelencia clínica.

            Es probablemente acción directa de los “ddmm” albergados en la ética, la posible permanencia del concepto y sustento de que los médicos de AP son componentes centrales y fundamentales de cualquier sistema de prestación de salud de alta calidad, de su prestación longitudinal y continua, de su enfoque holístico y atención de la totalidad. La excelencia clínica de los médicos de AP quedaría recogida por la Academia Miller-Coulson de Excelencia Clínica (MCACE) en el Jhons Hopkins de Baltimore (5), con las siguientes iniciativas: comunicación y habilidades interpersonales; profesionalismo y humanismo; perspicacia diagnóstica; hábil negociación del sistema de salud; conocimiento; enfoque académico de la práctica clínica y pasión por el cuidado del paciente.

            Y aunque la ética albergue el inexacto sosiego de estos “ddmm”, C Ronald Mackenzie (6) nos ayuda a comprender que no obstante la ética médica se centra en la atención a los pacientes y poblaciones, pero su relevancia es amplia y actualmente abarcarían cuatro grandes sectores: la bioética; dilemas éticos del principio y final de la vida y su engranaje en los comités de ética asistencial; investigación; desafíos éticos que surgen de la reestructuración de la atención médica (ética organizacional, ética profesional o lo que venimos denominando profesionalismo médico).

Lo expresa afinadamente Papanikitas desde el King’s College London (7), los “ddmm”, es decir, las decisiones éticas que pueden abordarse desde la AP podrían parecer menos dramáticas que las de la medicina de la alta tecnología, aun coexistiendo en la AP de forma inmensamente mayoritaria los actos sanitarios con los pacientes, muchos más que en otros niveles de atención. Y es en el nivel de AP donde se inicia el viaje y donde diariamente pequeñas decisiones marcan futuros grandes laudos. Estos “ddmm” no van a resolver instantáneamente futuros inciertos, pero sus dramáticas decisiones como la forma de redactar un informe, recomendar de forma eficiente un medicamento caro sobre uno barato, ceder de forma inapropiada exploraciones por iniciativa del paciente, marcar las relaciones personales y tantos otros aspectos a la hora de emitir juicios de valor o tomar decisiones que planteen dilemas éticos, menos comunes que en la medicina hospitalaria, por ejemplo, dilemas éticos, poco debatidos en el ámbito de la AP, por otra parte.

            Así mismo se ha constatado que existen pocas indagaciones sobre el modo de ocuparse de las decisiones éticas en AP. Y esta escasez está presente en la investigación empírica en la toma de decisiones, en lo cotidiano (contenidos de la documentación elaborada en las historias clínicas, protección de la confidencialidad, accesos informáticos por médicos y sanitarios no responsables del cuidado del paciente, relevancia de los valores culturales y el origen de los pacientes, reconocimiento de los valores éticos y de como afectan a la práctica diaria, …). Aún así en el currículo formativo de los médicos y enfermeras en vía de especialización postgraduada se contempla una pequeña formación en cuestiones bioéticas, generalmente en el momento de su incorporación a los programas de residencia.

            Una ética de la AP que como expresa Paquita de Zulueta (8), que no se refiere, en general, a las cuestiones dramáticas o esotéricas más notorias en publicaciones de bioética o prensa no científica, sino que estaría ocupándose de cuestiones y problemas a los que se enfrentan las personas normales en el trascurso de su vida cotidiana, ora sutiles ora complejas, pero eso si relevantes en la práctica de la medicina y el acontecer de la vida.

            Estos “ddmm” ocupados en la ética de la AP parten de los valores nucleares de centrarse en el paciente, de la medicina integral de la persona y mantenimiento, del sostén en la relación médico-paciente, y en la provocación bipersonal de la empatía. Porque los sanitarios encargados de la AP, errática en algunos de sus objetivos en los tiempos que corren tanto por acción como por omisión o condición, auténticos “braceros” de los sistemas de salud, deben ser conscientes que pueden ser abandonados por sus “ddmm” si, además, no se enfrentan a las incógnitas éticas. No ya porque el deber más importante del médico de AP sea prevenir los daños que puedan surgir en los pacientes, sino porque no velando por el conjunto del sistema sanitario que va más allá del principio de autonomía del paciente, aún a costa de enfrentarse con sus escalafones superiores, acabarían sucumbiendo y extinguiéndose entre la igualdad, la continuidad, la integridad y la solidaridad.

 

 

Referencias bibliográficas:

(1). Herold G. Who can release the physician from his obligation to professional secrecy in court?. Dtsh Med Wochenschr. 1961; 86: 1969-1970.

(2). Galdston I. On the psychology of medical ethics. NY Med. 1948; 4: 19-21.

(3). Gracia D. Bioética Mínima. Triacastela. Madrid. 2019.

(4). Kimberley L, Wright SM, Wolfe L. The clinically excellent primary care physician: examples from the published literature. BMC Fam Pract. 2016; 17: 169.

(5). Wright SM et all. Creating an academy of clinical excellence at Jhons Hopkins bayview medical center: a 3 year experience. Accad Med J Asso Am Med Coll. 2010; 85: 1833-1839.

(6). Mackenzie CR. Ethics and professionalism 2016. Trans Am Clin Climatol Assoc. 2017; 128: 75-82.

(7). Papanikitis A, Toon P. Primary care ethics: a body of literatura and a community of scholaris?. J R Soc Med. 2011; 104: 94-96.

(8). De Zulueta P. Welcome to the ethics section of the London Journal of Primary Care. Londo J Prim Care. 2008; 1: 5-7.

VACUNAS, VACUNADORES Y VACUNADOS EN UN FERRAGOSTO INFERNAL