Datos personales

sábado, 30 de enero de 2021

CUANDO LO GRATUITO INCORPORA UN COSTE.-

 

La pandemia de la enfermedad del coronavirus (COVID-19) empieza a dar quebraderos de cabeza a los gestores sanitarios, no todo es comunicar datos y esperanzas futuribles, ni excusas por lo no realizado. El coste sanitario directo e indirecto será una de las mayores preocupaciones; en salud somos capaces de sacar hasta debajo de las piedras, hasta que quedan piedras.

Es interesante conocer datos que por no ser domésticos y cotidianos, no nos deben de ser ajenos; es necesaria la divulgación y la generalización de diferentes conceptos que irremediablemente marcarán nuestro futuro como ciudadanos de un siglo XXI postCovid, tecnologizado, digital, ecológico, biodiverso e igualitario; no podemos caer en la banalidad de tertuliar con los porcentajes de paro o del producto interior bruto, sin tener la más remota idea de cuál es el coste diario de una cama de críticos con un enfermo de Covid-19, porque a fecha de hoy nos puede ser incluso más rentable, en términos abstractos, hacer esfuerzos para minimizar el impacto en los ingresos por Covid-19, que en aumentar la tasa de empleo, aunque no nos olvidemos que todo está tan intricado que lo uno lleva a lo otro y lo otro a lo uno.

Es necesario manejar de forma sencilla, pero esgrimir:

* Plan de recuperación para Europa: ayuda para la reparación de los daños económicos y sociales causados por la pandemia: NextGenerationEU, https://ec.europa.eu/info/strategy/recovery-plan-europe_es#principales-elementos-del-acuerdo

* Estrategia de detección precoz, vigilancia y control de COVID-19: la monitorización de la epidemia exige sistemas de información epidemiológica que proporcionen información “diaria” para la toma de decisiones:  https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov/documentos/COVID19_Estrategia_vigilancia_y_control_e_indicadores.pdf

* Estrategia de vacunación frente a COVID-19 en España: asumiendo una disponibilidad “progresiva” de dosis, siendo necesario realizar un ejercicio de priorización teniendo en cuenta principios éticos y criterios de riesgo: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/vacunaciones/covid19/docs/COVID-19_Actualizacion2_EstrategiaVacunacion.pdf

Volviendo al concepto inicial de que nada es gratis, voy a aprovechar los datos oficiales de pacientes hospitalizados en cama ordinaria y en cama de cuidados críticos para hacer un ejercicio de concienciación colectiva ante un montante que seguro que aún dejándonos indiferentes de inicio, seguro que en unos días nos hará repensar el asunto.

Sin contar con otros costes asociados en el proceso del sospechar o enfermar por COVID-19, como son#: pérdida de actividad laboral, disminución de la calidad de vida con dependencia de terceros o pérdida de la propia vida, cambios en el estilo de vida; así como otros más tangibles como la utilización de la red de Atención Primaria, de la atención Urgente o Emergencias, medicamentos, pruebas complementarias, oxigenoterapia, vacunas, desplazamientos, accesorios de protección individual como mascarillas o hidrogel, …

Pues sin contar con estos recién descritos, que suman lo suyo y que debemos incorporar, si solo incorporásemos lo que nos cuesta la hospitalización, utilizando datos propios elaborados por el Sistema da Salud Vasco – Osakidetza o buzeando en bibliografía reciente anglosajona, como la publicada por la revista Health Affairs (EE.UU.) en el artículo de Sarah M et all “the potential health care costs and resource use associated with COVID-19 in the United States” (los posibles costos de atención médica y el uso de recursos asociados con COVID-19 en los Estados Unidos), podríamos de momento solo valorar en 986 € el coste diario de una cama de hospitalización convencional y en 1.713 €, el coste diario de una cama de cuidados críticos.

Pasamos al mundo Excel® y del grafismo, y disfrutamos un rato obteniendo este gasto en nuestra Comunidad Autónoma que hace un año no teníamos previsto:

Coste sumatorio de hospitalizaciones convencionales desde el 1 de marzo de 2020 hasta el 28 de enero de 2021, en Castilla-La Mancha: 200.589 estancias x 986 €/día = 197.780.754 €

Coste sumatorio de hospitalizaciones en cuidados críticos desde el 1 de marzo de 2020 hasta el 28 de enero de 2021, en Castilla-La Mancha: 27.925 estancias x 1.713 €/día = 47.259.957 €

Coste total por hospitalizaciones Covid-19 (convencionales y críticos):  245.040.711 €

Un coste medio diario “solo en camas” para una comunidad autónoma, mejor opine usted de ella, de 742.500 €, ahora a eso súmele lo que unas líneas más arriba señalábamos con #; por eso, no debe extrañarle que le sugiera que se cuide, que se proteja, que utilice adecuadamente los servicios públicos y en especial los sanitarios y que en cuanto pueda y si está incluido en los grupos inmunizables, que se vacune, que sea solidario y no aspire a ser un homo antecesor, tampoco un homo deus, un sencillo homo sapiens vencedor de esta debacle.

 

Podremos, evidentemente sumergirnos en las bagatelas de los superfluo, en el subsuelo del hastío y la desgana, pero la cruda realidad la tenemos ahí y debemos compartirla para amortiguarla y doblegarla.

Estos son los datos, tuyo el análisis.

Juan Ríos Laorden, pediatra

domingo, 17 de enero de 2021

A LAS PUERTAS DE LA INCERTIDUMBRE:




Los servicios sanitarios se encuentran con las dos manos llenas: en una mano la vacuna, en la otra las medidas e imponer sobre una sociedad castellano-manchega infectada por COVID-19.

Pasado: no olvidar los fallecidos y secuelas que ha dejado la Pandemia.

Presente: una incidencia acumulada insoportable si aumenta o se mantiene.

Futuro: el objetivo es conseguir inmunidad de grupo con el esfuerzo de la adquisición de vacunas y de la estrategia sanitaria de inocularlas.


Estos son los datos, tuyo el análisis.

Juan Ríos Laorden, pediatra

sábado, 9 de enero de 2021

BLANCO SOBRE NEGRO



Desde las estribaciones de Sierra Morena, cubriendo la totalidad de la meseta ibérica y mucho más allá, el blanco está tapando cualquiera de los resquicios de este “sombrío negro” panorama que nos asola; una sábana lechosa uniforme, inocente y efímera, transitoria y caduca desde que se deposita en los campos y empedrados.

Pero acaso este breve tiempo que el blanco nos aleja de lo negro, no es sino una alucinación; ¡no llega a ser razonable imaginar que lo níveo sea realmente un pigmento!, ¡que el blanco no sea un color!, un imposible color primario incapaz de conseguirse con la mezcla de otros. Un albo sobre negro, un blanco sobre la ausencia total de luz, sobre la máxima oscuridad.

Y he querido comenzar con esta cromática entrada para acompañar mis impresiones sobre esta maldita Pandemia, intentando que la belleza amortigüe a la fuerza, en esta fría tarde, con el gélido estupor al observar que la fantasía blanca comienza (al fin) su descomposición para volver a dejarnos en descubierto al oscuro desafecto.

No cesaré de recordarme en todos mis despertares que no hay ninguna razón para despistar la guardia, por cansados o hastiados que nos encontremos; que no debemos dejarnos arrastrar por propagandas vacías, sino dejarnos el pellejo hasta ver la salida. Es verdad que escasean las virtuosas formas de bregar en equipo; ni de enfocar los oídos a consejos bonancibles.

En los datos de hoy me quedo con tres impresiones que deben hacernos buscar actitudes y opciones que ayuden a superar este horror: Incidencias Acumuladas, Ocupaciones y especialmente “Vacunas”.

Los dos primeros, junto al resto de indicadores de riesgo los sintetizaré en tres diapositivas elaboradas por el propio Ministerio de Sanidad (datos nacionales oficiales de referencia) con fecha de 7 de enero de 2021 (último informe) y que vienen a coincidir (al menos en lo referente a Castilla-La Mancha) con el lunes 4 de enero (unos cuatro días de demora, teniendo en cuenta que el referente nacional para el día 7 contabilizaba 107.656 casos COVID-19 totales acumulados, siendo esa cifra comunicada en la referencia autonómica para el día 4; según el último informe de nuestra comunidad, el número de casos acumulados asciende a 112.298), pero de cualquier modo, la información sirve y mucho.

Ya vemos que ésta disparada Incidencia Acumulada a 14 días (y a 7 días, con cifras actualizadas) dista mucho de dejar descansar con sueños plácidos a ningún gestor sanitario, menos lo debería ser para los de Albacete y Guadalajara, ciñéndonos a las provincias de nuestra comunidad. Y aquí vuelvo a recordar lo de blanco sobre negro tal y como iniciaba este apunte, ¿Qué diferencias tenemos sobre principios de septiembre o principios de noviembre?, la verdad es que pocas, salvo que entonces esperábamos a la “vacuna” sin aprobar y ahora esperamos a las “vacunas” admitidas, pero más adelante veremos las “vacunas” y “vacunaciones”. En septiembre, no se hizo casi nada y ya en noviembre tomamos unas tibias medidas tendentes a “salvar no se sabe que Navidades” y que después casi sin entonar ningún mea culpa, se refuerzan tras el “indulto” de adviento.

La ocupación hospitalaria y la de camas de cuidados críticos es la que en términos del deporte rey, nos está salvando los muebles (al menos en estas tierras) y aunque raye en la frivolidad pensar que con porcentajes en “riesgo extremo” no cabe duda de que, si estuviéramos en cifras superiores al 60%, ni por asomo serían las estrategias parecidas a las actuales; blanco sobre negro.

Mientras tanto a nivel hospitalario seguimos con una horquilla entre el 8-12% de pacientes positivos que acaban hospitalizados, con dos grandes consideraciones sobra las que no he oído pronunciarse lo suficiente a una Administración Sanitaria que transfiriendo la publicidad de hechos a la ciudadanía le otorgaría más solvencia y credibilidad al sistema. Y los dos hechos son: por un lado, la “Atención Primaria” (en todas sus categorías), que, en su esfuerzo, tanto de seguimiento epidemiológico como de asistencia y control sanitario, mitigan en mucho los porcentajes de hospitalización (hemos pasado de un ritmo ascendente de positivos hospitalizados a una tendencia a la baja). Y por otro lado y como segundo hecho, no ya solo a la labor asistencial dura sobre pacientes que cuando ingresan en ele “Hospital” se rinden al buen hacer de los profesionales hospitalarios (en todas sus categorías), sino a la altruista labor de la investigación que en tiempo récord ha sido capaz de liderar decisiones terapéuticas internacionales frente al COVID-19, profesionales que son conciudadanos nuestros; y ambos hechos son éxitos de sanitarios en su labor diaria (mujeres y hombres) anónimos en su mayoría.

Por cierto, ¿qué difícil es conocer con datos oficiales el número de camas de hospitalización y de cuidados críticos en los ámbitos nacional, autonómico o local?; así que para conseguir una cifra que nos sitúe, acudiremos al viejo truco de la “regla de tres”, en tres catas diferentes de los datos oficiales suministrados por el Ministerio de Sanidad (referente nacional):

Primera cata (con fecha de último informe, datos nacionales referidos a 7 de enero de 2021): teníamos en Castilla-La Mancha ingresado 787 pacientes COVID con un porcentaje de ocupación del 16,22% y 100 en camas de críticos con un 26,25% de ocupación, respectivamente. Aplicamos la regla de tres y obtenemos: 4.852 camas de hospitalización y 381 camas de críticos.

Segunda cata (informe nacional con datos referidos a 22 de noviembre de 2020): 685 pacientes castellanomanchegos ingresados por COVID con 13,81% de ocupación y 113 en cuidados críticos con 29,82%, respectivamente. Aplicamos la regla de tres por segunda vez y obtenemos: 4.960 camas de hospitalización y 379 camas de críticos.

Tercera cata (informe de datos nacionales referidos a 27 de septiembre de 2020): 670 pacientes ingresados por COVID con 14,48% de ocupación y 85 en cuidados críticos con 24,50%, respectivamente. Aplicamos tercera y definitiva regla de tres: 4.627 camas de hospitalización y 347 camas de críticos.

Por tanto, tendremos que aplicar la segunda y concluyente regla de la “media”, para obtener una aproximación de camas disponibles según la referencia nacional sobre nuestra comunidad, obteniendo:

Camas de hospitalización: (4.852 + 4.960 + 4.627) / 3 = 4.813 camas.

Camas de críticos: (381+379+347) / 3 = 369 camas.

En términos de ocupación solo nos cabe seguir trabajando desde ambos niveles y tener el “sino” de que antes de poseer un número suficiente de ciudadanos inmunizados, no nos ocurra lo que está empezando a pasar en solventes países como Reino Unido, por ejemplo, porque ese caos ya lo sufrimos nosotros en marzo/abril y cuando se enseña la inercia tiene un control muy dificultoso.

No voy a abundar con la tercera parte del análisis, referido a “vacunas”, que afortunadamente ya están aquí (esperemos que sean diversas, muchas y eficaces para nuestro bien); pero si hacer tres consideraciones personales que me gustaría que tuviera en cuenta, como se dice en el argot epistolar, quien pueda corresponder:

La primera; andaba errado el presidente de la nación cuando el 22 de noviembre pasado comunicaba que se iban a poner 10.000.000 de dosis de vacuna frente COVID-19 en los primeros 6 meses de este año. Se quedó corto, cortísimo (no se si por un apunte mal pasado, o porque por entonces esa cifra nos parecía inalcanzable). Para información general, estas dosis serían para 5.000.000 de ciudadanos, que representan tan solo el 11% de la población, muy lejano de la cifra estimada como válida para obtener inmunidad de grupa (70%, 32.500.000 españoles); claro que puede ser que no se equivocara y que esas sean las dosis y el tiempo en que se compraran. Lo que si podemos asegurar, es que para obtener un 70% de población vacunada se necesitan 65.000.000 dosis en España (6,5 veces más) y que a un ritmo de administración de 250.000 dosis diarias (sin descansar fines de semana) lo lograríamos en noviembre de 2021; si lo deseamos tener en junio próximo, pues ya sabemos, 360.000 dosis diarias, que si es necesario no faltaría el esfuerzo por parte de los sanitarios.

La segunda apreciación pasa por mostrar mi asombro ante el ruido mediático de todos los responsables políticos tras la Epifanía (sea cualquiera que sea su ocupación y nivel), tratando de colocarse el mérito de un “acelerón” en el ritmo de vacunación; desde luego, a principios de esta semana permanecían callados en sus vergüenzas con las vacunas en el congelador. Y en este análisis observo que más valdría trasladar a la población el común esfuerzo de haberlo logrado, que el panfletero altavoz del logro institucional, si es que se puede considerar un logro dispensar algo más de 1.350 dosis al día en toda una región, la mía digo; porque a ese paso para tener inmunizada a la población castellanomanchega en situación de grupo (70%), se necesitarían 2.122 días; ya se que es exagerado, pero haremos las mismas cuentas que al nivel nacional: si queremos tener inmunidad de grupo en Castilla-La Mancha (70% de 2.033.000 habitantes) necesitamos 2.865.800 dosis de vacunas frente COVID (por el momento hemos recibido 35.550 y hemos puesto un 50%). Es fácil dilucidar que solo hemos recibido el 1,8% de lo que realmente necesitamos. También es fácil dilucidar que los profesionales de Atención Primaria de esta región, estamos preparados para administrar antes del otoño de 2021 las dosis necesarias para lograr el efecto rebaño, es decir la administración de 10.500 dosis diarias (10 veces más de lo que tan orgullosos se muestran algunos); y lo lograríamos con ayuda, con esfuerzo y con la población perfectamente informada.

Y es con los profesionales sanitarios (nivel Hospitalario y de Atención Primaria) con los que cierro mi tercera apreciación. Considero un gran error que los sanitarios no estén todos vacunados (primera dosis) en la próxima semana o próximos 10 días (ya debería estarlo un grupo no despreciable). Si una evidencia se me marcó a fuego en mi paso durante más de tres años por una unidad de emergencias, fue la máxima de “reanimador anulado, sujeto a reanimar fotut”. Y no entiendo como no se ha iniciado la vacunación de los sanitarios en esta comunidad al mismo tiempo que el ámbito sociosanitario, en otras comunidades lo están haciendo. Creo que, si en los próximos 10 días no están vacunados con la primera dosis los sanitarios hospitalarios y de atención primaria, y lo veo muy difícil, podremos estar incubando problemas asistenciales; porque “si los sanitarios quedamos anulados por el COVID-19, el sistema a atender estará fotut”, espero que no ocurra, pero no debemos tentar más a la suerte.

Blanco sobre negro.

 

Estos son los datos, tuyo el análisis.

Juan Ríos Laorden, pediatra.

jueves, 7 de enero de 2021

INCIDENCIA ACUMULADA.

 
Que en este país hemos invertido muy poco en “salud pública” durante los últimos treinta años, es algo de lo que nos estamos haciendo eco desde que empezó la Pandemia; la “pandemia”, vocablo que, a pesar de tener buenas hechuras, en mi pueblo seguro que ya está preparada para usarse como mote (¿qué te pongo pandemia?, ¿cómo va el hijo pandemia?, …), suena fuerte y lo hemos asimilado a la jerga doméstica, nos ha traído sentencias contractuales de nuestras miserias, y si bien es cierto que nuestro sistema sanitario es robusto, no es el mejor del mundo (digamos bueno entre los de la pomada), ni tampoco goza ya de la admiración como joya de la corona, para ser esto último necesitaría de unos buenos remiendos.

También es cierto que no por inyectar más y más euros en la sanidad se obtienen mejores resultados (esto lo dejaron muy claro Vuori y los epidemiólogos de final de siglo XX), pero oye como decía el otro “quédate por lo menos en las siete y media”.

Hay gestores que se sienten satisfechos con un gran presupuesto para intentar lograr sus objetivos, cuando lo cierto es que deberían estar satisfechos cuando logren contar con un gran (el mejor) equipo posible para intentarlo; también es cierto que el “trabajo en equipo” se lleva regular por estos lares, tan regular como dejarse la piel por buscar el beneficio común aunque te cueste el puesto o anteponer el proyecto a los posibles beneficios personales. Un buen equipo de profesionales si que no tiene precio.

En mi especialidad y ámbito de actividad asistencial actual, Pediatría de Atención Primaria, están muy claros los objetivos de la supervisión de la salud infantil y sus objetivos básicos: 1. Prevención de la enfermedad (Inmunización y Educación para la Salud). 2. Detección precoz y tratamiento de las enfermedades. 3. Orientación de los aspectos psicosociales. Pero para iniciar una estrategia precisa, debemos tener en cuenta Indicadores de Situación, monitorizarlos y evaluarlos.

Titulaba esta entrada como Incidencia Acumulada, por seguir con el hilo COVID, y por ser este uno de los indicadores que más se están empleando a la hora de medir el riesgo, si bien la colección de “indicadores de riesgo” se compone de dos grandes bloques:

- Indicadores que evalúan el nivel de transmisión de la enfermedad:

                . Incidencia Acumulada de casos diagnosticados en 14 días (últimos).

                . Incidencia Acumulada de casos diagnosticados en 7 días (últimos).

                . Incidencia Acumulada de casos de más de 65 años diagnosticados en 14 días (últimos).

                . Incidencia Acumulada de casos de más de 65 años diagnosticados en 7 días (últimos).

                . Positividad global de las pruebas diagnósticas por semana.

                . Porcentaje de casos de trazabilidad.

- Indicadores que evalúan el nivel de utilización de servicios asistenciales por COVID-19:

                . Ocupación de camas de hospitalización por casos de COVID-19.

                . Ocupación de camas de cuidados críticos por casos de COVID-19.

Obsérvese que para evaluar el riesgo se ha obviado lo que más se usa y lo que daría más “yuyu”, es decir, no se ha tenido en cuenta ni la utilización del nivel asistencial de Atención Primaria (muy perorado, pero poco administrado) y tampoco se ha tenido en cuenta la “mortalidad” (muy apenados, pero con pocas ganas de aprender a contar).

Como hoy toca la Incidencia Acumulada, para que todos lo sepan apreciar a partir de ahora, se calcula tal cual como: sumamos los casos nuevos que aparecen en los últimos 14 días, lo multiplicamos por 100.000 (población referente) y lo dividimos por el censo de habitantes del lugar que medimos (Albacete, 388.167; Castilla-La Mancha, 2.032.863; etc.), así de fácil. Luego lo representamos en un gráfico que debe llevar los colores internacionalmente recomendados, en nuestro caso Europa (European Centre for Disease Prevention and Control, ECDC).

Hoy Incidencia Acumulada por 100.000 habitantes de nuevos casos COVID en los últimos 14 días, en Albacete, en Castilla-La Mancha, en Europa y en el Mundo.

Y estoy empleándome en estos pensamientos, esperando que se hagan las ocho de la tarde, las ocho que viene a ser la hora de comunicación de datos (sucintos) de situación epidemiológica en mi región, las ocho que para fieles es hora de misa y para infieles de tomar unas cañas; claro que tampoco nos vamos a poner exquisitos con las horas de pronunciamientos, porque parece que la tenemos tomada con todo; ¡no!, para ser rigurosos la verdad es que más tarde empieza “pasapalabra”, el “telediario” y el “tiempo” y no decimos ni “mu”.

Estos son los datos, tuyo el análisis.

Juan Ríos Laorden, pediatra.

miércoles, 6 de enero de 2021

INDULTO PARCIAL.

 


Los Reyes traen desaliento, advirtiendo como por el camino por donde se despiden nos queda un futuro incierto; desde la borla de Santa Claus, hasta la cola del camello de Baltasar hemos sido “indultados” para festejar no se sabe bien qué, ni con quién, ni cómo; y ahora se nos confinará como único y mejor remedio.

Este hastío de parafernalia sanitaria ad hoc, lleno de titulares sensacionalistas vacíos, empieza a agotar la esperanza de los ciudadanos de a pie; a los otros a los de garrote, andador o silla de ruedas, se les utiliza a diario en una especie de expiación de culpas, desde que en marzo y abril pasados no se les pudiera atender como merecían y ahora se les quiere pedir disculpas, discretamente obsequiándoles en su vulnerabilidad con ser los primeros en vacunar, los primeros en atender y los primeros en sacar en prime time de todos los telediarios de nuestro país con sus deltoides al aire y esa cara que tienen solo los que saben agradecer.

Este 6 de enero, probablemente con la tercera parte de las plantillas de los sanitarios, descansando con días libres (entre los que me incluyo) acudo a la metafórica imagen de los dromedarios de sus majestades los Reyes Magos de Oriente, tres jorobas en el horizonte, las jorobas colmas de octubre, noviembre y enero, los tres picos de esta segunda ola (insisto, no hay tercera ola, es una segunda y sus secuenciaciones); y esa última joroba/pico ¿hasta dónde nos llevará?.

Nuestra ineptitud colectiva frente a COVID-19 y sus desastres (SARS-CoV-2) solo dan para culpabilizar en una cabriola judeocristiana a las mutaciones de un virus (que probablemente es su singular propiedad), a la población insensata (sin remedio) y a la rigidez y congelación de la Administración Sanitaria que con vacunas en el cajón del congelador se le ha atragantado el calendario (¡pongan vacunas, aunque solo sea porque las tengan!).

El análisis personal de los datos a fecha de hoy (06/01/21) es rápido; cabalgamos de forma ascendente sobre la tercera fase de esta segunda ola, larga y robusta segunda ola que se inició en bañador a principios de septiembre y nadie a logrado (ni atrevido) a refrenar ahora con la nieve casi hasta el cuello (cuatro meses y pico), prácticamente en “niveles de riesgo extremo” tanto a nivel local, como autonómico, nacional o internacional todos los indicadores de valoración de riesgo.

Podemos asegurar que la gestión sobre la Pandemia, posee unas circunstancias que superan a las meramente sanitarias, que sumen en muchas ocasiones en la “parálisis por el análisis”; a nivel local expectantes en un día a día como si no fuera con nosotros, a nivel regional con lapsus festivos que han acomodado lo real con lo cotidiano y a nivel nacional todo esto junto más el abandono del líder de la gestión, en un ejercicio difícil de justificar en base no se sabe bien, si del total de los comunes o del global de los propios, de cualquier modo, inaudito.

VACUNAS: No podemos asumir por más tiempo el ritmo con el cual se ha iniciado el Programa Nacional de Vacunación frente al COVID; es cierto que este ritmo se acelerará casi sin necesidad de empujarle a partir del 11 de enero; pero ¿cuál es el ritmo deseable?: para contar con un 70% de la población seroinmunizada en el próximo otoño no podemos bajar de 250.000 dosis administradas diariamente (125.000 primovacunaciones y 125.000 recuerdos), recordemos que a partir del 21 día de inicio de la campaña, se tendrán que compaginar primodosis y recuerdos (con los datos actuales de solo dos dosis necesarias para lograr el efecto).

Con que escollo contaremos:

¿Dinero?: no, lo sacaremos de debajo de las piedras.

¿Recursos Humanos?: no, para eso estamos los profesionales de Atención Primaria que lo hemos realizado en otras ocasiones; bien es cierto que habrá que priorizar la vacunación sobre otras actividades que puedan demorarse unos meses, apoyar en lo que se pueda a este nivel con recursos añadidos y comunicarlo a la población para que como colectivo adulto y solidario esté enterada de la situación.

¿LOGISTICA?: ese es el verdadero escollo; con el tipo de vacunas disponibles actualmente, o la cadena de distribución/preparación funciona como un reloj, o todo se demorará y nuestro sueño será una quimera.

¿Lograr efecto rebaño?: todo lo anterior y ser solidarios mundialmente sin regiones ricas y regiones pobres, la pandemia es global y el efecto rebaño tiene que ser mundial.

¿Eficacia de la vacuna sobre mutaciones?: Pies en tierra y una cosa detrás de otra y lo primero es antes.

 

Estos son los datos, tuyo el análisis.

Juan Ríos Laorden, pediatra.