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martes, 11 de diciembre de 2012

ALTERNATIVAS, FUERA DE TIEMPO, A UN FOLLON MAYUSCULO: SANIDAD


ALTERNATIVAS, FUERA DE TIEMPO, A UN FOLLON MAYUSCULO: SANIDAD.

Estamos fuera de tiempo. Todas las alarmas están sonando, sobre todo en la comunidad de madrileña, y no lo será menos a poco tardar en la nuestra, se plantean de forma inmediata, como si tuviésemos prisa, evaluaciones a modo científico y riguroso de modelos sustitutos, así como búsqueda de soluciones eficientes; los sanitarios, especialmente de forma mediática los facultativos y jefes de servicio, observamos que de pronto se nos va a esfumar nuestro posible papel de “proveedor”.
El “financiador”, no solo ya no tiene prisa, sino que su tiempo no va paralelo al nuestro; sus decisiones, que nada tienen que ver con lo prometido electoralmente hace dieciocho meses (dos embarazos, ¡hay que ver la cantidad de cosas que se pueden hacer en el tiempo de dos embarazos!), ya están tomadas.
        Existe una semblanza en el horizonte como si la propiedad del lema “sanidad universal, gratuita, accesible, de calidad, pública, etc…”, fuera de todos y a la vez cada uno la diezmara; los neoliberales acusan a los progresistas y socialdemócratas de haberla expoliado; y estos a su vez a los liberales de intentar venderla por cuatro euros y comenzar una nueva burbuja en el solar ibérico, esta vez sanitaria.
        Nadie podrá poner en duda que el modelo ha contribuido a mejorar los indicadores de salud por un justiprecio (sin parangón con los vecinos asiáticos y del norte europeo en cuanto a resultados por menor gasto), a profesionalizar con un nivel de competencia excelente, a democratizar la salud sin renunciar a la libre elección de modelo para el pudiente y el acceso global para el común contribuyente (aún con el escollo irresuelto de un grupo funcionarial con sanidad privada y financiación pública), a la homogeneización de recursos para territorios estériles, al derecho a la garantía de accesibilidad en forma y en tiempo de todos los ciudadanos.
        Bueno para ser rigurosos, lo de poner en duda, hay curiosamente opiniones de no precisamente mentes ignorantes que opinan de forma diferente y he podido ver la presentación de un director general de este sistema regional de salud, donde sin mucha bibliografía ni asesoramiento lugareño, afirma que desde 2000 a 2005 el gasto sanitario creció desproporcionadamente sin que esto supusiera mejoras en la asistencia: ¡será verdad aquí en Castilla-La Mancha!; lo de su jefe máximo y a la par consejero, sino que no tiene desperdicio cuando afirma que en los últimos años se ha operado por encima de las necesidades reales de los pacientes y solo para el beneficio económico a través de peonadas de los cirujanos listillos de la tierra, ¡en fín!.
        Pero para un futuro organizado de la atención primaria y de la atención especializada, amén del resto de atenciones paralelas y multidisciplinares, que deberían ser como aquello de “uno y trino”, cuando veo marear la perdíz, en modelos suicidas sin experimentar, tanto de un bando como del otro, me entra vértigo.
     Señores, hacen falta medidas precisas, cuantificadas, con el riesgo de la premura, sin eufemismos y decir simple y llanamente:
·              .  Vamos a hacer esto.
·              .  De tal a tal hora.
·             .   Tantos y cuantos.
·              .  Con tantos euros.
·             .   A tanta gente.
·                                Y nos vamos a relacionar entre estos hospitales, residencias y centros de salud, para esto y para lo otro, por tanto dinero y con tales premisas.
    Todo lo demás  es eso, marear a la “aletoris ruffa”; las palabras desarrollo, basado, desburocratización, tiempos verbales en condicional, progresivo, variables, entorno, etc…, están vacías para este escenario de vértigo ya sin crédito de tiempo.
        La otra posibilidad es mantener lo público como público (mejorando la eficiencia) y lo privado como privado (riesgo empresarial puro y duro), e ir preparando un marco de gestión, financiación, asistencial, docente, investigador y de salud pública sin anclajes del pasado (Alma-Ata es medieval), sin oportunidades desiguales (gestión público-privada ibérica con resultados mediocres) y sin construir castillos en el aire, sino una sanidad universal, accesible, gratuita, con financiación pública en un marco constitucional federal.
       
     Juan Ríos Laorden

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